martes, 19 de agosto de 2014

TICHING, UN PORTAL PARA MAESTROS

Saludos a todos y todas. Hace tiempo no venía a visitarles.

Hoy, sólo quiero hacerles un comentario acerca de una página que me pareció bastante interesante para la interacción entre docentes que quieren marcar la diferencia en sus aulas, a través de la reflexión, los nuevos contenidos, y el uso de la tecnología: Tiching

Si sabes cómo usar Facebook, con seguridad sabrás cómo usar Tiching, pues es en sí una plataforma de comunicación e intercambio de contenidos, entre docentes de todas partes, interesados en hacer de la docencia algo más que un recital. Allí, encontrarás contenidos de asignaturas específicas, también recursos para el manejo del aula, información y materiales para niños con necesidades educativas especiales, y más, mucho más.


Así que, sin más, les invito a que se unan. Allá los espero.

viernes, 8 de agosto de 2014

"LEARNING HOW TO LEARN", UN CURSO QUE VALE LA PENA

Hola a todos y todas. Me alegra volverles a ver.

Hoy, mi entrada es breve. Quiero contarles que estoy realizando un nuevo curso en Coursera, y que considero es importante, útil y agradable para quienes quieran entender cómo aprenden, y deseen ayudar a sus estudiantes a entender cómo aprenden: Learning How to Learn: Powerful mental tools to help you master tough subjects.

En él, encontrarán elementos de mucho interés, como los modos de pensamiento enfocados y difusos, las memorias de trabajo y a largo plazo, el rompimiento de los hábitos asociados a la procrastinación, entre otros. Y aunque no pareciera, entender todos estos modelos de pensamiento, hace que cada estudiante sea visto por nosotros de una manera diferente, ya no sólo como un mundo, sino como una obra que se hace a cada momento, con él o ella como escultor, y con nosotros como asesores.

No digo más. Entren y me cuentan.

martes, 22 de julio de 2014

"EL BUEN PROFESOR DEBERÍA SER UN BUEN NARRADOR DE HISTORIAS"

Saludos a todos y todas. Espero hayan tenido una excelente semana.

Sí, debemos continuar con el monólogo, pero antes de proseguir (y para darles tiempo de reflexionar un poco y preguntar), me gustaría mostrarles un vídeo que me pareció muy interesante. Es una entrevista a Jostein Gaarder (autor de El Mundo de Sofía, Maya, entre otros), quien afirma, entre otras cosas, lo que ya les he dicho en el título de esta entrada: el buen profesor debería ser un buen narrador de historias.

Me encanta que este tema se hable, se discuta, especialmente porque parece que, a paso lento, estamos al menos llegando a un consenso. Y cuando hay un consenso universal, es mejor tomar decisiones, ¿no? (qué triste).

Por si no lo recuerdan, en el decálogo estuvimos tocando algunos de los puntos que menciona Gaarder, y uno de los más importantes es el surgimiento de la pregunta, seguido también de su porqué. Si no lo recuerdas, tendrás que darle una nueva ojeada al tema del que hablamos.

Mira el vídeo, y cuéntanos qué te parece, cómo aplicas estos consejos (si lo haces), cómo te parecería que podrían funcionar mejor.

Gracias por venir a visitarme.

viernes, 18 de julio de 2014

LO OBVIO QUE NO CUELA

¡Hola a todos y todas! Los extrañé muchísimo, estuve bastante ocupada con muchas cosas (sí, fue mi culpa, no me organicé como debía). Pero no dejé de pensar en ustedes. Incluso, tenemos algunos puntos del decálogo por terminar.

Pero hoy, de verdad, no continuaré con él, sino que quiero compartir algo que me pareció muy interesante: el aporte de Pablo Doberti, El inversor: otro gringo más, el cual trata acerca de las obviedades de los diagnósticos al sistema educativo, que son promulgadas a diestra y siniestra, sin algún otro efecto. Creo que vale la pena que lo lean. Incluso, es un tema que tocamos someramente aquí, en este blog, cuando mencionábamos el qué que no tiene un cómo.

Bueno, hoy sólo quiero hacer esta introducción al texto de Doberti. Creo que dejará mucho para pensar.

Gracias por venir a visitarme.

miércoles, 11 de junio de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE: PREGUNTAR EL PORQUÉ DE LAS RESPUESTAS

Espero hayas tenido un excelente día, y que ahora puedas charlar conmigo acerca del valor de las respuestas, no como ejercicio neto, sino como herramienta para desarrollar un pensamiento crítico con fortalezas analíticas, lo cual imagino que nos atañe del mismo modo.

Para empezar, me permito nombrar a uno de los más famosos e influyentes filósofos de la Historia, entre cuyos aportes se puede considerar el análisis de la respuesta como forma de lograr la verdad esencial: Sócrates. Su Mayéutica constituye aún hoy, una dinámica del pensamiento que ayuda a encontrar los porqué y los para qué de toda cuestión, permitiendo el encuentro de varias rutas posibles. Una definición más precisa y cercana al autor, se encuentra en esta cita que encontré en la red, en la cual compara la labor de las comadronas (como su madre) con su arte: 
Mi arte mayéutica tiene las mismas características generales que el arte [de las comadronas]. Pero difiere de él en que hace parir a los hombres y no a las mujeres, y en que vigila las almas, y no los cuerpos, en su trabajo de parto. Lo mejor del arte que practico es, sin embargo, que permite saber si lo que engendra la reflexión del joven es una apariencia engañosa o un fruto verdadero”.
Quiero enfatizar un poco en la parte final, pues Sócrates indica que las respuestas otorgadas por los estudiantes pueden no ser necesariamente un producto de la reflexión, sino simplemente una alternativa rápida para salir del paso. También puede ocurrir que el ejercicio reflexivo parta de un contexto malinterpretado, o también que haga parte de un trabajo mental superficial, con lo cual la labor del docente en ese entonces es asegurar que el pensamiento en torno a la pregunta cobre un sentido, y genere sus frutos. Se verán estos frutos cuando la respuesta atraiga más preguntas que permitan, al final, exclamar con sorpresa.


Es así como, a través de estas preguntas "esenciales", se construye un conocimiento más completo y profundo del tema o la cuestión que se encuentra sobre la mesa, lo que promueve la creación de nuevas alternativas para la solución de problemas asociados a dicho interrogante. Y es este tipo de aprendizaje, una prueba de que el docente en el aula conforma un ente facilitador, cuya razón de ser involucra encaminar las respuestas hacia el origen de su cuestionamiento. Con esto, se constituye una idea sólida, pieza por pieza:



Por último, quiero invitarte a visitar el canal de Born to Learn, en el cual podrás encontrar material interesante para motivarte y reflexionar un poco en torno a las formas de estimular esta capacidad en tus estudiantes, utilizando herramientas como la Mayéutica y otras tantas.

Nuevamente, gracias por venir a visitarme.

domingo, 8 de junio de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE: MOSTRAR AFÁN POR RESPONDER LAS CUESTIONES NUEVAS

¡Hola! En esta tarde (que está preciosa, por cierto), quisiera continuar charlando contigo sobre el decálogo que surgió de una tarde reflexiva con cuaderno y café en mano. Hemos hablado sobre muchas cosas, entre ellas, el ánimo de promover el surgimiento de preguntas. Ahora, para continuar con este asunto (que no tiene solamente una cara), me gustaría decir que no se trata únicamente de formular las preguntas, sino realmente preocuparse por responderlas.

¡En serio! Las preguntas son el primer paso para el cambio del mundo, pero el proceso de llegar a las respuestas es el que crea el camino. Y es la motivación en la búsqueda de respuestas, la que determina cuán pronto comience el caminar; puedo decir que es bueno comenzar pronto, con alta motivación y compromiso, pues en esta búsqueda de respuestas, se abrirán varias rutas posibles.



Es ahí donde queda bastante claro el papel del docente actual como orientador, y no como dispensador de saber. A través de la pregunta, el docente tiene la facultad y el honroso deber de acompañar al estudiante en su travesía, sirviendo de entrenador en el método, de animador en el cansancio, de promotor de posibilidades, de creyente en esta nueva causa para el incipiente investigador. A veces no lo vemos de este modo, pero considero que de una u otra manera, los estudiantes nos ven como referentes en la búsqueda del conocimiento (independientemente de sus conductas en el aula), entonces para ellos es importante que haya por nuestra parte una reacción ante la creación que están presentando, la cual es la pregunta de la que estamos hablando. Visto desde esta perspectiva, nuestro interés en su pregunta, se traduce en nuestro interés en ellos. 



Así, cuando hemos hecho que nazca la pregunta, nuestro deber está en continuar acompañando a cada estudiante a que su pregunta empiece a tomar forma, se haga fuerte y sólida. Y en la misma medida, la voluntad de cada estudiante se hará también fuerte y sólida, permitiendo así el nacimiento de un nuevo investigador que tiene todo el potencial para hacer del mundo un lugar mejor. Suena romántico, pero es cierto.

Quiero ahora invitarte a que compartas tu experiencia respecto de cómo ha variado la actitud de tus estudiantes en clase, luego de estar siguiendo de cerca el desarrollo de una pregunta para alcanzar una respuesta significativa. Con seguridad, esto será de suma importancia para mí y para todos nuestros compañeros visitantes.

Una vez más, gracias por venir a visitarme.

viernes, 6 de junio de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE: COMPRENDER EL PORQUÉ DE LA ACTITUD

¡Saludos! ¿Me extrañaron? Yo sí. Estuve algo concentrada con mis estudiantes, algún día les contaré la historia. Por lo pronto, volvamos a la materia que nos reúne hoy, que es la continuación del somero decálogo que trajeron el cuaderno y el café.

En una de mis entradas anteriores, llamada EL RETO DEL DÍA, mencionamos cuatro elementos indispensables para el desarrollo de la clase, y uno de ellos, reconocido por la mayoría como el más álgido, es el mantenimiento de una actitud receptiva. Y cuando hablo de una actitud receptiva, me refiero a un interés por aprender, sumado al respeto al docente, a los compañeros y al aula. Esto, generalmente se traduce en una conducta participativa y compatible con el desarrollo de la clase. Sin embargo, hay múltiples conductas que, por decirlo de alguna forma, se desvían de este propósito adecuadamente interactivo de la clase, y pueden afectar tanto la comunicación de aprendizaje del estudiante que las experimenta, como del docente y de los demás miembros del aula. Se conocen como "trastornos de conducta" o "conductas disruptivas".

Hay múltiples estudios al respecto, y con toda la razón, pues es un tema de primer interés. De tantos, me encontré casualmente con un cuadro resumen en la red, que compila algunos de los más comunes trastornos de conducta en el aula de clase. ¿Tienes la posibilidad de ver actitudes y comportamientos como éstos?



¿Qué hacer? Realmente, mucho. Pero antes que cualquier cosa, lo primero es conocer y entender. ¿A qué me refiero? Pues a que en primera instancia, debes buscar información sobre el, la o los estudiantes que presentan estos comportamientos disruptivos: antecedentes familiares, tratamientos y atención médica, historial académico, y otros datos que puedan ser útiles; tus compañeros y compañeras docentes pueden ayudarte a comprender lo que ocurre, especialmente cuando ya se han relacionado previamente con este estudiante que intentas entender. ¿Por qué es bueno conocer? Para evitar una conclusión apresurada. ¿Qué tal que pienses que el niño es simplemente rebelde, cuando en realidad requiere algún tipo de tratamiento psicológico, con o sin medicamentos? Es mejor no tomar decisiones tan delicadas muy rápidamente. Por ejemplo, con sólo mirarlo no podrías decir qué ocurre con un niño como éste en tu aula de clase:



Cuando tienes algo más de idea de lo que ocurre con esta actitud, puedes plantear maneras alternativas de involucrar a este estudiante en tu clase. Afortunadamente, contamos ahora con muchos medios, como cualificación y asesorías al respecto - me permito recomendar en este caso, los cursos que ofrece la plataforma Coursera,  que me han parecido realmente interesantes y útiles -  y equipos dedicados a apoyar la labor del docente en este sentido; nuestra labor está en tomar la decisión correcta y tratar de emplear la herramienta adecuada (dime que recuerdas el abrelatas).

¿Hay alguna experiencia particular que hayas tenido con estudiantes que tienen actitudes disruptivas? ¿Cómo has trabajado en estos casos? Comparte tu experiencia, con seguridad será de mucho interés y ayuda para todos nosotros.

Gracias por venir a visitarme.

lunes, 2 de junio de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE: PERMITIR QUE SURJA LA PREGUNTA

Se ha considerado que en el aula de clase (por citar un único espacio), existen dos actores indispensables para el aprendizaje: el profesor y los estudiantes. No obstante, existe un tercer actor, uno tan importante como los dos primeros, sin el cual no podría existir realmente una relación de aprendizaje. Este actor es la pregunta. Sumada ella a los anteriores dos, se formaría una especie de Santísima Trinidad del Aprendizaje.

La pregunta, como bien nos han enseñado, y como bastante hemos vivido, es la razón por la cual nuestra especie se ha civilizado, es la que ha promovido la invención, la creación de cosas nuevas y aplicación de cosas ya conocidas de una manera diferente. Es la pregunta la que se ha encargado de inmortalizar nuestra presencia en el mundo, y no hablando de la mera supervivencia, sino de las creaciones que realmente han transformado el entorno y la forma de vivir.



Nuestros antepasados intelectuales y culturales, los griegos, aportaron de manera amplia y significativa a nuestro pensamiento, desarrollando razonamientos, sistemas, incluso artefactos, sólo a través de la observación consciente y la pregunta consecuente. Pero no cualquier clase de pregunta, sino una cuestión asociada a la verdadera conciencia del entorno. Así, una sola pregunta ha generado un proceso creativo en cadena, que ha cambiado nuestra historia. Entonces, ¿qué tal tantas preguntas como alumnos en un aula de clase? Creo que en nuestros grupos, un rostro como éste es un buen indicador:



Con una pregunta como ésta por estudiante, o al menos una pregunta diaria en clase, es incluso posible crear nuevos contenidos para entender los conceptos que se hacen necesarios en la respuesta a la pregunta. También es totalmente posible orientar al estudiante en la creación de hipótesis y planes de prueba para la misma, esto es, introducirle por el camino de la investigación. Por esto, en el aula es necesario promover un ambiente de reflexión y asombro, para que la pregunta, ese primer halo de creación, pueda ver nuestra luz. 

Pero eso sí, la idea tampoco es permitir las preguntas tontas, con lo cual me refiero al tipo de preguntas que no surgen de una reflexión o de un verdadero interés, sino con el ánimo de procrastinar la actividad de aprendizaje, con el afán de perder el tiempo. Esto no es poco común, incluso se ve mucho en nosotros los adultos; la Revista Cronopio publicó un artículo al respecto: Cómo hacer malas preguntas

En todo caso, quiero darte un pequeño consejo: seas pequeño o mayor, tus intervenciones siempre serán escuchadas, por uno o por mil; asegúrate de preguntar si realmente dudas o si estás en verdad en asombro, pues una pregunta tonta sólo traerá esto como consecuencia:



Bueno, en esta oportunidad te invito a compartir tu respuesta a esta pregunta: ¿qué preguntas significativas han surgido de tus clases, y cómo han encontrado respuesta? Tu aporte es realmente importante, pues puede orientarnos a muchos a encaminar el asombro de nuestros estudiantes. Además, servirá de antesala a una de mis próximas entradas, que habla sobre la importancia de mostrar afán por ayudar a responder las cuestiones nuevas.

Gracias por venir a visitarme.

domingo, 1 de junio de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE: HABLAR DESDE EL PRINCIPIO DE MANERA CLARA

En prácticamente toda locación, con algunas excepciones, se ha considerado que lo único que nos hace diferentes de otras especies animales y seres vivos en el planeta (no estamos autorizados para hablar del Universo, pues nosotros somos sólo una fracción infinitesimal del mismo, así que correspondemos a una muestra no significativa para concluir), es nuestro lenguaje complejo. Aun con todas las evidencias de diferentes "idiomas" en animales considerados inteligentes, no se ha demostrado que los mismos manejen una estructura lingüística con una complejidad comparable a la nuestra. Por ende, nuestro lenguaje es una herramienta de gran poder a la hora de comprender, expresar y difundir nuestros pensamientos, a partir de los cuales se construye el legado para las siguientes generaciones; la tradición oral de nuestros ancestros es una significativa muestra.



En este orden de ideas, el acercamiento al conocimiento debe coincidir con un manejo riguroso del lenguaje, es decir, la difusión de los nuevos conceptos, las preguntas, los silogismos, y demás, deben manejar un léxico y una estructura adecuados, con el propósito de facilitar el entendimiento de estos nuevos saberes, al evitar malas interpretaciones. Y a mi modo de ver, entre más temprano sea, mucho mejor, pues se disminuye la brecha entre la comprensión del estudiante y la completitud del concepto, así como se desarrollan más habilidades para la investigación y la producción de contenidos asociados al aprendizaje, con un mayor nivel de autonomía.




Hay montones de actividades que al respecto, desarrollan muchos y muchas docentes alrededor del mundo. Entre ellos, se encuentran las lecturas dirigidas, el desarrollo de textos en clase, las pizarras-diccionario, y muchas más. Incluso, hay unas cuantas iniciativas en torno al aprendizaje del lenguaje de las ciencias desde la primera infancia, no como un tema acartonado, sino como un aprovechamiento de la capacidad de asombro. Pero, como ya he dicho, son iniciativas, así que no tengo mucho por contar todavía. Cuando lo tenga, obviamente lo compartiré.

Quisiera que, a través de los comentarios del blog, contaran para todos sus experiencias con el manejo del lenguaje y la influencia que ha tenido en el aprendizaje de sus estudiantes. Con seguridad, estas intervenciones serán muy valiosas y enriquecedoras.

Gracias por venir a visitarme.

sábado, 31 de mayo de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE (Parte 2. Decálogo en el tintero)

Para continuar con nuestra pasada charla, y queriendo ser hoy breve (incluso creo que demasiado), quisiera compartir un somero decálogo que reúne puntos de suma relevancia sobre cómo ayudar a un nuevo miembro del mundo a expandir su pensamiento.  Las fuentes son libros, charlas, conferencias, experiencias de casa y de colegio, entre otras.



Abrir una mente implica: 

  1. Hablar desde el principio de manera clara
  2. Permitir que surja la pregunta
  3. Comprender el porqué de la actitud
  4. Mostrar afán por ayudar a responder las cuestiones nuevas
  5. Preguntar el porqué de las respuestas
  6. Permitir la creación de otros contextos
  7. Enlazar lo cotidiano con el discurso didáctico
  8. Promover más de un lenguaje para expresarse
  9. Demostrar respeto e interés por aprender
  10. Contar con altas dosis de paciencia.


Sé que no se trata de temas simples y escuetos, sino que son asuntos que merecen una gran atención. Por eso, quiero dedicar a cada uno de ellos una entrada, que permita abordarlos con más detalle. Tus comentarios, aportes y preguntas con seguridad me ayudarán a crear algo mucho mejor, así que mi cuaderno está listo para tomar nota.



Gracias por venir a visitarme.

jueves, 29 de mayo de 2014

CÓMO ABRIR UNA MENTE (Parte 1. Ires y venires)

Nota aclaratoria: ando en modo errante. Voy a expresar mis ideas tal y como salen. Si hace falta alguna aclaración, me cuentas por favor al final. Si hay que escribir más, ¡pues se escribe! Para eso estamos, ¿no?

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Discursos, ha habido y habrá muchos, tantos o más que estudiosos al respecto. Hay muchas teorías, muchas más hipótesis, en torno al tema, las cuales parten de varios modelos neurológicos y pedagógicos (como prioridad). En suma, este asunto no es nuevo, sino ampliamente estudiado y discutido, y con toda seguridad, así seguirá por los siglos de los siglos que nos queden. Amén.



Sin embargo, haciendo a un lado todos los estudios (sin afán de demérito), quiero realizar en esta entrada un ejercicio monológico en el cual busco una manera simple de explicar de qué manera creo que puede abrirse una mente. Abrirse a un mundo que tiene infinitas caras, y que, por ende, es a su vez infinitos mundos. A todos los lenguajes que buscan traducir estos mundos. A lo que cada traducción implica.



Metáforas, también las hay a manos llenas. Las hay refinadas y poco elaboradas, más aun cuando se pretende ilustrar cómo se aprende. Es bien famosa la frase "el cerebro no es un vaso por llenar, sino una lámpara por encender". Muy bien, comparto absolutamente la intención de ésta y otras alegorías a la estimulación de los procesos de pensamiento. No obstante, quiero mencionar algo que he estado pensando desde aquel día con un cuaderno y un café: hemos estado enfocados en el qué... ¿Y qué hay del cómo?



Me permitiré usar un ejemplo no muy retórico: tienes hambre, y buscas en la cocina; sólo hay latas de conservas. Necesitas abrir una lata para extraer su contenido. Ahora, ¿cómo hacerlo? Había pensado en hacer un diagrama de flujo, pero mejor seguiré la línea de pensamiento usando líneas.

¿Qué es lo primero que haces? Con seguridad, verás si la lata tiene un sistema abre-fácil; en este caso, simplemente tomas el anillo y halas para abrir la lata. ¿Qué pasa si no tiene? Debes revisar primero si cuentas con la herramienta indicada para abrirla, es decir, un abrelatas.



Ahora, ¿qué ocurre cuando no hay abrelatas? Hay varias opciones, entre las que se destacan:
  • Abrir la lata usando un cuchillo, u otra herramienta filosa
  • Salir a la calle y comprar el abrelatas
  • Resignarse al hambre


¿Cuál es tu preferencia? Pues aunque no creas, esa respuesta puede indicarte cuál es el rumbo de las decisiones que tomas cuando se trata de ayudar a un estudiante a abrir su mente para el entendimiento del mundo. ¡Piénsalo y verás!

En la próxima entrada, que será muy breve, te mostraré una especie de puntos muy concisos sobre cómo aportar a la apertura del potencial intelectual. Y me gustaría que me ayudaras también a construirlos.

Gracias por venir a visitarme.

martes, 27 de mayo de 2014

CUANDO HAY UNA RAZÓN

Aunque ya no es lo más común, en el aula se solía vivir un ambiente de conceptos y procedimientos, en el cual había un cuaderno que constituía la fiel copia del tablero, el que era a su vez la reproducción a mano del libro de texto. Además, sólo se escuchaba la voz del profesor, recitando casi las mismas palabras ante la "mirada" de su audiencia. Este tipo de clase, según mi modo de ver, facilitó en nuestros predecesores el desarrollo de la memoria, pero no aportó mucho al desarrollo del pensamiento crítico, puesto que no dio espacio al desarrollo de preguntas acerca de lo que se estaba aprendiendo; por si fuera poco, en la gran mayoría de los casos, contribuyó al aburrimiento de la niñez y la juventud del entonces.



Ahora, dada la gran influencia de la tecnología en la adquisición de la información, los recursos de clase han incrementado en cantidad y, en algunos casos, en calidad. Los datos se encuentran al instante, y pueden ser modificados en muy poco tiempo, cuando se tiene conocimiento de la herramienta, y en lo cual los nuevos estudiantes son expertos. Se pueden crear clases mucho más vistosas e interactivas, en las cuales el docente se relaciona con la herramienta, en lugar de sentirse apabullado por ella:



Con todo, tener los medios para aprender no es suficiente, cuando no se tiene una razón para usarlos. En el poco tiempo que llevo aprendiendo con mis estudiantes, me he dado cuenta de que hay un ingrediente de mucho poder, y que a partir del cual todo lo demás tiene un sentido: la pregunta. Es ella la que hace que al interior del estudiante, una luz se encienda, una llama queme, y surja un porqué. Una cuestión inesperada, puede desencadenar algo grande... Y es nuestra labor ayudar a que ese "algo" grande, vaya por el camino que es:



La pregunta puede ser muy sencilla, cotidiana, con su origen en la observación del diario vivir. También puede ser una lectura diferente de un suceso que para la mayoría es indiscutible. Otro tipo es la pregunta que parece absurda, pero que bien mirada, encierra una lógica absorbente. En fin, hay infinitas posibilidades, tantas como personas haya en el Universo, e incluso más.

¿Qué preguntas has planteado a tus estudiantes? ¿Te han hecho alguna pregunta sorprendente, algo en lo que no habías pensado? ¡Comenta, cuenta tu experiencia!

Gracias por venir a visitarme.


lunes, 26 de mayo de 2014

EL RETO DEL DÍA

Toda clase empieza con una bocanada de aire fresco. Aire fresco y mirada desafiante al pomo de la puerta. Detrás de ella, espera uno de los más emocionantes y más exigentes retos en la historia de la Humanidad: hacer que un grupo de estudiantes sienta el deseo de saber más.



Es que la tarea educativa no es tan simple, parca e insípida como se ha pensado. Antes se creía que educar era solamente pararse frente a una audiencia, público o jurado (así se veía el aula), a recitar un conjunto de fórmulas, enunciados, citas, ciudades, y otras tantas. O sea, según las definiciones prácticas del entonces, la enseñanza consistía en monologar con espectadores. Ahora, se ha entendido que la educación depende tanto de la persona que llega a motivar y acompañar el proceso de aprendizaje, como de quien está siendo acompañado y recibe todas estas ideas como novedades. Es decir, la verdadera educación se construye en un equipo, de manera colaborativa y multidireccional, y no sólo emitiendo mensajes y calificaciones parciales.



Algo que he percibido y quiero compartir (es sólo mi punto de vista), es que hay cuatro elementos indispensables para el aprendizaje, los cuales están relacionados con otro montón de contextos y situaciones, de las que podríamos crear una discusión interesante:


  1. Capacidad para transmitir y asimilar el nuevo conocimiento
  2. Diversos medios para facilitar la comprensión y la creación de nuevas posibilidades
  3. Lenguaje adecuado, que permita expresar las ideas con claridad
  4. Actitud receptiva


Sí, ya sé que muchos van a decir que esto no es cosa nueva; pues entonces mejor aún, porque básicamente estoy contando lo que estoy viendo, y así las cosas, sirvo de evidencia para los estudiosos del tema. Estoy haciendo un resumen extremadamente somero de lo que muchos han querido decir.

Con todo esto, tomemos la lista y empecemos a revisar cuál es el punto álgido para muchos docentes, estudiantes y padres de familia que siguen de cerca la formación de sus hijos. La mayoría estará de acuerdo en que la actitud receptiva es el Talón de Aquiles, dado que la empatía con el docente (sea que lo conozcan o no), los antecedentes y situaciones familiares, la metodología de la clase, entre otros, afectan el sostenimiento de una actitud propicia y enriquecedora. Por eso, los tres puntos anteriores sirven como soportes, y deben considerarse mandatorios en el desarrollo interactivo de la clase.

¿Que si es un asunto agotador? ¡Claro que sí! Especialmente si no se tiene el hábito. Pero, si realmente amamos lo que hacemos, para eso estamos, ¿no?

Este tema se presta para escribir mucho. Hay ideas que deben ser profundizadas y compartidas con muchísimas más personas, para darles los matices que hagan falta, y que permitan hallar nuevas formas de hacer mejor las cosas. ¿Quieres ayudarme en esta causa? ¡Comenta! Tus opiniones y comentarios son bienvenidos.

Gracias por venir a visitarme.

domingo, 25 de mayo de 2014

LOS TEMORES DEL CHICO NUEVO

Primer día. Espalda temblorosa y pies endebles. La cabeza, llena de preguntas y comentarios como éstos: "¿Estará bien mi uniforme? ¿Traje todo lo que hacía falta? ¿Cómo serán mis compañeros? ¿Y mis compañeras? ¡Qué nervios! ¿Y si hago algo mal? ¡Ay, no!". En fin, cosas como éstas. Probablemente, estás imaginando este escenario de incertidumbre con un niño o una joven como protagonista, mejor dicho, estás pensando en un estudiante. Pues no. Te cuento que de quien hablo, es del profesor nuevo.

¡Y con toda razón! Al ser la nueva persona que estará a cargo de ayudar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, se encuentra en la mira de los profesores antiguos, el cuerpo directivo, los estudiantes y, en particular, los padres de familia. En promedio, se trata de 45 pares de ojos por salón de clase (contando estudiantes y padres de familia), más otros 20 pares del cuerpo docente y directivo. En suma, la presión que siente este nuevo personaje es bastante alta, por lo cual las expectativas personales se disparan de manera impresionante, y el temor a fracasar hace que este cartelito sea inconcebible:



Así, no es extraño encontrar a este individuo por los pasillos, caminando rápidamente, cargado de documentos y tazas de café (en ocasiones, no es que les guste el café, sino que lo adoptan a su pesar para rendir en su trabajo), con ojeras a partir del miércoles, y con los marcadores y borrador de tablero en sus bolsillos a todas horas. Da toda la impresión de ser un estudiante de primer semestre:



¿Por qué cuento estas cosas? Porque tuve la fortuna de pasar por esta primera experiencia, y sé que al inicio, la preocupación por hacer un trabajo excelente hace que se canalicen los esfuerzos de manera equivocada. Es decir, la profesión del educador, siendo hermosa y muy gratificante, es bastante exigente, incluso más de lo que muchos imaginan; la conciencia de esta situación hace que los profesores nuevos se suman en la desesperación y la angustia, cuando lo único que hay que hacer es lo siguiente:

  1. Dejarse guiar por los buenos consejos de los profesores experimentados. Ellos conocen el día a día del colegio, y la dinámica estudiantil.
  2. Preparar el contenido de la clase y las actividades a seguir. El compromiso con el aprendizaje exige calidad en el quehacer y respeto a quien aprende contigo.
  3. Conectarse con el grupo de estudiantes. Son personas en proceso de conocimiento; es necesario conocerlas en el proceso, para ayudarlas a dar lo mejor de sí mismas.
  4. Consultar y leer sobre mejores formas de hacer las cosas. Además de libros y conferencias, hay muchos cursos online que apoyan el proceso. Plataformas como CourseraedX o MiriadaX cuentan con excelentes cursos de cualificación, que ofrecen técnicas muy interesantes.
  5. Organizar el tiempo y respetar dicha organización. Cada cosa en su lugar y en su momento, con la importancia que merece.
  6. Sentir un verdadero amor por la enseñanza y el aprendizaje. Esto es lo que hace que realmente hagas lo que haces, de la mejor manera posible.
Muchos dirán que es muy sencillo escribirlo en una lista. Y sí, es cierto. Hacer estas cosas no es tan simple como parece, sino que requiere de una gran disciplina y compromiso; yo apenas estoy en el ejercicio, y no ha sido ni cinco de simple. Así que no esperes resultados en una semana, o dos. Incluso, tampoco en un mes. Los resultados se notan con el tiempo, entonces hay que cultivar la virtud de la paciencia.

¿Ya pasaste por la experiencia de ser "el profe nuevo", o estás en ella? ¿Algún profe nuevo en el que hayas visto algo especial? ¡Comparte!

Gracias por venir a visitarme.